LoL: League of Lazies

Muchos frikis (y algunos no frikis) se quejan de la atención que atrae el mundo del fútbol, puesto en evidencia este fin de semana debido al partido del Real Madrid contra el Atlético. Algunos se creen más cultos, más frikis y más inteligentes que el resto de la gente porque no les gusta el fútbol. Personalmente, a mí no me gusta nada el fútbol, y me indigna la importancia que se le da, que es exagerada, en los medios de comunicación y también en las preferencias e intereses del ciudadano de a pie. Pero por otro lado, valoro el esfuerzo, disciplina y dedicación de los futbolistas a la hora de ofrecer un espectáculo. El deporte es cultura, y eso no se debe de olvidar.

Sin embargo, los frikis que ridiculizaban a los aficionados al fútbol por pintarse la cara con los colores de su equipo y salir a celebrar las victorias de éste, ahora realizan el mismo comportamiento a propósito de nada menos que un videojuego. Estoy hablando, obviamente, del League of Legends. No soy gamer, aunque mi novio sí lo es y mucha gente que me rodea también. Por las críticas que hacen, pienso que este videojuego online está muy de moda y por ello, tremendamente sobrevalorado.

La cosa se habría quedado en esto si no fuese porque se ha incluido al LoL en la categoría de deporte en algunos países. ¿Esto que significa? Pues significa que, un vago que se pase largas horas apretando teclas, tiene el mismo status a la hora de tener becas deportivas y otras ayudas que una persona que dedique su tiempo y esfuerzo a estar en forma, a tener una dieta equilibrada y una técnica idónea para el ejercicio de un deporte. Este despropósito ha degenerado tanto que actualmente, hay jugadores del LoL de élite, se retransmiten torneos, y hasta existen hinchadas de equipos de jugadores. Incluso marcas de bebidas para deportistas patrocinan a chavales que son demasiado vagos para levantarse de su asiento y necesitan que su mamá les lleve el sandwich a su mesa de pc.

Es vergonzoso que el rechazo por lo que es mainstream y "normal" se transforme en actuar de exactamente la misma forma pero en la dirección que a uno le convenga. Y puedo sentir la impotencia y humillación que un deportista siente cuando se le iguala a un joven amuscular que juega sentado mientras come gusanitos e insulta a otros jugadores por el chat online. Y sobre todo, es increíblemente asqueroso que se intente implantar un grado de League of Legends en las universidades cuando disciplinas infinitamente más útiles e importantes ni siquiera existen. No comprendo como atropellos semejantes se consienten, pero si por mí fuese, pondría a todos esos niños-rata de miembros atrofiados a levantar muros de hormigón con sus gorritos de Teemo metidos en lo más hondo.